martes, 13 de agosto de 2013

X Noche de Literatura en la Calle.

Diez noches  rodando por las plazas roteñas la palabra hilvanada en la poesía  y la prosa novelada, a instancias del escritor roteño Felipe Benítez Reyes, que embaucó a Luis, Almudena, Benjamín y otros.
Todo arrancó en el salón de nuestra sede en Blas Infante, entonces sin tantos reclamos ni publicidad. Aún así, el salón abarrotado rebosaba por la entrada, hasta taponar el tránsito. Sin aire acondicionado, un calor pegajoso,  “sarna con gusto …”.
Allí estuvimos un segundo año; al tercero, salimos a la calle, a la plaza Concejal Justo de la Rosa, un coqueto espacio ¡al aire libre!  Al siguiente, se quedó pequeña;  por entonces se había unido al corro  Joaquín Sabina, que tiene su tirón. Fue un debate si convendría pasar cada verano por un barrio diferente. Sin tenerlo claro, estuvimos deambulando y llegamos a la Plaza de España, la plaza La Plancha. Allí se nos unió otro granadino, el rockero Miguel Ríos.  El cartel ampliándose, iba quedando de lujo.
Los excrementos de los gorriones –residentes entre los plátanos de sombra- caían sobre las sillas, nuestros hombros y cabezas… acabaron por empujarnos a la plaza de Bartolomé  Pérez, entre la parroquia, la Puerta del Mar (arco del muelle) y el Castillo de Luna. A este noble plaza volvimos un segundo año. Allí evocamos a Alberti y Angel González. El marco, una delicia. La plaza, hasta la bandera. Noches redondas. Poesía y canción al aire, una propuesta de primera magnitud en el programa cultural no ya de Rota, sino de Andalucía toda.
Al siguiente verano aconteció que para la fecha elegida, la plaza estaba ya ocupada. Se nos propone la más joven y amorfa, la plaza de La Merced. Hubo detractoras, pero hubo quienes defendían  sus ventajas: aparcamiento, la esbelta silueta de la torre y sus bóvedas, no ser una ruta de trasiego, sino un destino elegido. Y en ella seguimos, tiene su encanto. Las cavidades de la torre retienen los repentinos versos del repentista cubano Alexis Díaz Pimienta que abrochaban el cierre de noches inolvidables.
Luis y Cía han ido tramando con habilidad cada noche, enriqueciendo el cartel hasta límites muy elevados, progresión insostenible. El público de diez: ponía la banda sonora del silencio, la atención sostenida, en clave de luna y estrellas, al compás del binario parpadeo sorprendido por los apellidos y la palabra de los que subían a escena. Una sencilla aportación de Izquierda Unida  a Rota, las letras y la cultura.

Nueva etapa; otro cartel, otras voces jóvenes, otra clave y esperamos que el mismo público con la misma partitura: cultivar la palabra con la brisa húmeda a orillas del Atlántico roteño.

Manuel Jesús Helices Pacheco.

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