En
los años anteriores a la crisis financiera actual, los líderes conservadores y
los socialdemócratas del “orbe europeo” se empeñaron en difundir la idea de que
las ideologías políticas habían sido enterradas. Tras la caída del muro de
Berlín, el neoliberalismo económico ( la versión actual del capitalismo) se
impuso en todo el mundo. En todos los ordenes administrativos, desde los
Estados hasta las administraciones locales, imperaba la idea de que las
ideologías no contaban, sino que lo verdaderamente importante era la gestión y
administración. La idea de “empresa” se iba imponiendo en el terreno de la
Política. Los partidos de izquierdas estaban en “horas bajas”.
Pero
el neoliberalismo económico no es, ni de lejos, una “máquina perfecta” de justicia
social. Y la “máquina” empezó a fallar,
a mostrar su lado oscuro, su parte más negativa.
Una
parte del planeta empezaba a “sugerir” otra forma de gobernar. Comenzaba a
expresar que “otro mundo es posible”. Pasaron a engrosar la lista negra dentro
del mundo predominante.
En
nuestro país, Partido Popular y PSOE representaban la cara y la cruz de la
moneda del neoliberalismo. ¿Es qué hay otro modelo económico?, me preguntaban,
y aún me preguntan amigos del PSOE.
Cómo
surgió la crisis, la ciudadanía optó por la cara de la moneda, abandonando la
cruz de la misma, para que ésta, la cara, nos sacara de la crisis económica. Y
la opción de la cara de esta moneda resultó aún más nefasta que la cruz de la
misma.
Mientras
tanto, la Calle proclamaba otra forma de gobernar, otro modelo económico más
justo, otra forma de participar en la “res pública”. La cara de la moneda, el
PP, era incapaz de resolver los problemas y el malestar creado iba en aumento.
La cruz de la moneda, el PSOE, se sentía descolocado. ¿En qué lado situarse?
La
disertación anterior viene provocada por la palabras pronunciadas por Alfredo
Pérez Rubalcaba en el cierre de la Conferencia Política del Partido Socialista.
Dijo Rubalcaba: “el PSOE ha vuelto”.
A
partir de ese enunciado,” el PSOE ha vuelto”
me formulo una serie de interrogantes. ¿Dé dónde ha vuelto el PSOE?,
¿dónde estaba el PSOE?
Las
respuestas que se me ocurren toman forman de nuevas interrogantes. ¿Vuelve el
PSOE a la izquierda ideológica y deja, por tanto, su “zona neoliberal? ¿Había
estado desaparecido y por eso “ha vuelto”?
La
Conferencia Política de la semana pasada del PSOE es un intento por recuperar
los votos perdidos, intentando “vender” una nueva imagen. Desde mi punto de
vista, claro. Es un intento de hacer ver que no son lo mismo que el PP. Pero,
¿lo son? Yo creo que la Conferencia Política llevada a cabo ha mostrado que el
PSOE siendo la cruz de la moneda del
neoliberalismo. Pienso que el PSOE no cree que otro modelo económico sea
posible. Como afirman algunos: que el comunismo no funcionara, no quiere decir
que el capitalismo sea la solución. Pero en el PSOE no lo creen así. Pienso que
el PSOE no cree en otro modelo alternativo por la sencilla razón de que en esa
Conferencia no se ha hablado para nada de la modificación del artículo 135 de
la Constitución que llevó a cabo junto al PP, en el verano de 2011, para
expresar que “todas las administraciones públicas adecuarán sus actuaciones al
principio de estabilidad presupuestaria”. Una modificación constitucional que
se está llevando por delante el estado del bienestar para poder conseguir el
objetivo de equilibrio presupuestario.
Pero
también coincido en que no es lo mismo PSOE que PP. Porque en esa moneda, no
hay dos caras, también hay una cruz. Y la cruz que representa el PSOE señala
que no piensan igual en políticas de igualdad, por ejemplo ( matrimonios
homosexuales, divorcio, políticas sociales como la ley de dependencia...).
Ahora
es cuando cuestionaran algunos lectores mi defensa del pacto de Izquierda Unida
con el PSOE en el gobierno de la Junta de Andalucía. Es preferible y, además,
factible llegar a acuerdos programáticos con el PSOE que con el PP. Aunque el
hilo de unión sea frágil, al menos se trata de un filamento, algo que no ocurre
con el PP, al que nada nos une, ideológicamente hablando. Además, la hebra que
mantiene ese pacto, aunque delicada, permite, dentro de lo posible, una
política diferente a la impuesta por la troika, vía Madrid. No se pueden llevar
a cabo, de momento, grandes cambios, pero se está poniendo “en el tapete
político” otra forma de administrar los recursos, diferente a cómo “mandan los
cánones del PP”.
Pero,
no olvido que el PSOE forma parte de la misma moneda neoliberal. De tal modo
que también estoy convencido de que si el PSOE pudiera elegir a otro partido
como socio de gobierno distinto a Izquierda Unida, lo haría. No me cabe la
menor duda. Y no lo dudo porque ya ha ocurrido, porque ocurre en aquellas
poblaciones dónde pueden elegir entre otros partidos para formar gobiernos
locales. Porque Izquierda Unida resulta ser un socio muy incómodo.
Salud
ANTONIO
FRANCO GARCÍA
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